Sarmiento en los prostíbulos europeos.

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Ignacio Baz: Retrato de Sarmiento en su exilio en Chile (1850).
Museo Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires.

Exiliado en Chile, desde donde no descansó su pluma beligerante y desestabilizadora contra el gobierno argentino de Juan Manuel de Rosas, Domingo Faustino Sarmiento (34) aceptó el convite de Manuel Montt, ministro de Instrucción Pública chileno, para hacer un viaje y estudiar los sistemas escolares y las políticas inmigratorias de Europa y Estados Unidos. Así, en dos años (1845-1847), visitó Montevideo, Río de Janeiro, Francia, España, Argelia, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y Cuba.

Se embarcó el 29 de octubre de 1845 en Valparaíso rumbo a Montevideo y luego a Río de Janeiro para desembarcar, finalmente, en El Havre, Francia, el 6 de mayo de 1846.

De ese viaje, surgieron dos libros: De la educación popular y Viajes por Europa, África y América. Ambos fueron publicados en Santiago de Chile en 1849 por la imprenta de Julio Belín y el propio Sarmiento. (1)

Pero de vuelta a Chile (1849), Sarmiento trajo consigo una tercera libreta de apuntes que no vio la luz de publicación hasta cien años después: el Diario de Gastos.

Aunque Aníbal Ponce, en su Sarmiento, constructor de la nueva Argentina (2), ya había reproducido una página del Diario de Gastos, el hallazgo se atribuye a Antonio P. Castro que, el 13 de agosto de 1947, en una conferencia dictada en el Círculo Militar, anunció al público el “descubrimiento” de una “libretita de gastos” llevada personalmente por Sarmiento, hallada en el Museo Histórico de su nombre.

Fechas, itinerarios, detalles y no pocos datos del viaje de Sarmiento habían quedado ocultos en el polvo del Museo. Sarmiento, de puño y letra, los presenta así:

“El presente libro de gastos echos durante mi viaje, será uno de mis mejores recuerdos. Siendo por ábito desarreglado, me e propuesto llevar razón de los gastos qe ago, i cuando no saqe otro fruto, qe el de conocer la inversión del dinero, me doi por satisfecho. Es además un rejistro en el qe se encuentran, por este ó el otro incidente, recordados los lugares en qe me é allado i las fechas de todos mis movimientos. En America podrá servirme para dar noticia del costo de dilijencias en cada país, caminos de ierro, vapores, gastos de fondas etc. Ultimamente registrando las partidas aun podría averiguarse el monto total de los gastos indispensables, para emprender viajes separándolos de compras de objetos i otros gastos extraordinarios. El cambio i valor respectivos de las monedas resulta igualmente comprobado.”

Las lúcidas observaciones de Sarmiento en viaje quedaron registradas en forma epistolar. Las cartas fueron reunidas y publicadas en dos tomos en Santiago de Chile (1849), reimpresas en Buenos Aires tres años después e incluidas en las Obras Completas (1886).

La edición crítica a cargo de Javier Fernández, Viajes por Europa, África I América 1845-1847 (3), reproduce “los viajes” e incluye, por sugerencia y al cuidado del estudioso francés Paul Verdevoye, el Diario de Gastos, testimonio marginal y no menos revelador. Así lo dice, Juan José Saer en el prólogo:

“Al interés constante de estos Viajes, que rara vez decae y que, dicho sea de paso, habiendo adoptado la forma epistolar, presentan sutiles variantes estilísticas según el destinatario y el tema que tratan, se suma el acierto adicional de haber publicado el Diario de Gastos, donde Sarmiento fue anotando con minucia y constancia ejemplar todos los gastos, por mínimos que fuesen, que le ocasionaban sus desplazamientos…”

En efecto, como Saer y el propio Sarmiento interpretan, el Diario de Gastos confina a la contabilidad en la sombra de un itinerario tan preciso como exótico. Desde el pasaje de barco de Río de Janeiro a Le Havre, por 800 francos, hasta una limosna, pasando por las compras de libros, de estampas, pantalones, zapatos, pantuflas, guantes, medias, corbatas, pipas, pájaros disecados, láminas, tabaco, cigarros, vinos, peines, flores, baños, toallas calientes, corte de callos, entradas a teatros, museos, ruinas, circos, cenas, bailes o los viajes a la casa del General San Martín en Grandbourg, las columnas cotidianas de gastos permiten seguir día a día y casi hora por hora, los pasos de Sarmiento durante todo el transcurso de su viaje, “uno de mis mejores recuerdos”.

Podrá entenderse por qué el nieto de Sarmiento, Augusto Belín Sarmiento, no incluyó el Diario de Gastos en las Obras (no) Completas o el poco aporte que evaluó Aníbal Ponce para su Sarmiento, constructor de la nueva Argentina (1932).

Desde la publicación completa del Diario de Gastos no pocos estudiosos (4) se detuvieron, debatieron y conjeturaron sobre uno de tantos ítems precisados por Sarmiento: orgía.

Su estadía en Mainville (Junio de 1846), declara:

.Cocher de retour (Coche de regreso) 2 francos.
.12 planches des monumens de Paris (12 planchas de los monumentos de París) 12.
.Deux portraits (Dos retratos) 5.
.Saint Jaques la Boucherie 0.10.
.Les fleurs periodique (Flores, periódico) 4.
.Biere et refraichissemens (Cerveza y refrescos) 2.
.Un paté pour manger? (un pastel?) ..
.Orgie (orgía) 13.5.
.Une piéce pour secher la plume (una pieza para secar la pluma) 2.
.Cocher deux fois pour aller a la rue Verneuille (Cochero dos veces para ir a la calle Verneuille) 4.
.Omnibus et chemin de fer pour retourner a Mainville Senart (Ómnibus y ferrocarril para regresar a Senart) 2.
.Prommenade dans la foret de Senart dejeuner et donné au garçon qui tint les ànes Granbourg (Paseo en la floresta – bosque – de Senart, almuerzo y entrega al mozo que tuvo los asnos en Grand Bourg) 5.
.Chemin de fer pour Paris et passage de la Seine (Ferrocarril a París y pasaje del Sena) 1.16.
.Un bouteille de viere (una botella de cerveza) 0.8.
.Un par de souliers (un par de zapatos) 15.
.Des gans, bas et cravatte (Guantes, medias y corbatas) 5.18.

Entre conjeturas intelectuales, algún tibio defensor de Sarmiento revisó que la palabra orgie (“fiesta desenfrenada donde se come, bebe y mantienen relaciones sexuales inmoderadamente” o “desenfreno en la satisfacción de pasiones y deseos”) también significa, en francés y en castellano, festín, bacanal, féte excessive y que con los siglos el término perdió su componente ritual – religioso original del latín, reemplazado por la débauche sexuelle (promiscuidad sexual) que conocemos ahora… De ahí que esta interpretación forzada pretenda que Sarmiento pudo haber escrito orgie como una cita de resonancias paganas, de los viejos bacanales romanos.

Lejos de apoyar esta tesis y siguiendo en la lectura del Diario de Gastos encontramos que entre el 10 de octubre y el 3 de noviembre de 1846, Sarmiento estuvo en Madrid y, entre otros gastos, detalló:

Tres láminas de toros 24, Cigarros 4, Billete para asistir a los Toros reales en la Plaza Mayor 160, Teatro del Museo Esquilache 11, Teatro de la Cruz, la Pata de Cabra 19, Franquear cartas a Bordeaux 3.6 y, el 13 de octubre en particular, Comida 28, Café i helados 6, Orjia 4.

En Roma (del 5 al 13 de abril de 1847), entre un Retrato del Papa i silla jestatoria 14, Comida, teatro y cigarros 3.6, Música sagrada 20, Retrato del Papa 6 y Una misa de réquiem 15, encontramos, el 11 de abril de 1847, orgía 12.

En Venecia (del 26 de abril al 3 de mayo de 1847), entre Vasos comprados en las fábricas de Venecia 2.50, Góndola tres días 6, Góndola a dos remos 2.33, Vidrio de mesa 1 y Museos, iglesias, etc. 1, encontramos, el 29 de abril de 1847, orgie 5.

Y finalmente, en Verona, el 1 de mayo de 1847, después de una lámina de San Marcos 2, encontramos la grande orgie 21.

En el prólogo de Juan José Saer se lee el punto: “La jovial sorpresa de muchos estudiosos ante la mención Orgía, 13,5 francos del 15 de junio de 1846 en Mainville, no me impide preferir el rubro que sigue inmediatamente, Una pieza para secar la pluma, 2 francos, y que nos muestra a un hombre vigoroso y satisfecho, dispuesto a retomar la tarea después de una pausa bien merecida”.

Pocas dudas quedan de la moral sarmientina, enmarcada en aquella victoriana del siglo XIX que juzgaba duramente las actividades indecorosas, tan revestida en capas a través de los años de copias, lecturas e interpretaciones. El hombre de la “civilización” que enfrenta a la “barbarie”, no obstante, hizo cierta reverencia a la sinceridad.

Aquel inolvidable viaje de Sarmiento, de Valparaíso al mundo, tuvo su primera escala en Montevideo. Allí mismo escribió una de las primeras cartas a uno de sus mejores amigos, el oriundo de Valparaíso, Juan María Gutiérrez. El texto no trata sobre las características de la travesía ni de los proyectos en el viejo continente:

«Querido amigo, me encuentro varado en Montevideo, esperando que cambie el viento para salir rumbo a Río de Janeiro. Por la mañana de ayer, desayunaba en casa de Mariquita Sánchez de Thompson. Nos encontrábamos solos, sentados en un sofá, hablando mientras ella ponderaba y mentía con la gracia que sabe hacerlo. Pese a sus 60 años me sentí víctima de una erección, ¡vamos, a cualquiera le puede pasar!, y entonces estuve a punto de violarla. Pero, justo en ese instante felizmente alguien irrumpió en la sala y me salvó de tamaño atentado».


NOTAS:
  1. Las ediciones originales son diferentes de las publicados por Augusto Belín Sarmiento en los Tomos XI y V de la Edición Nacional de las Obras Completas, donde Belín metió mano a gusto.
  2. Aníbal Ponce, Sarmiento, constructor de la nueva Argentina, 1°ed.: Madrid, Espasa-Calpe, 1932.
  3. Javier Fernández, Viajes por Europa, África I América 1845-1847, Edición Crítica, Universidad de Costa Rica, 1993.
  4. David Viñas, Beatriz Sarlo, José Ignacio García Hamilton, Juan José Saer y Ricardo Piglia son algunos de los intelectuales que se detuvieron a analizar el Diario de Gastos de Sarmiento.

Un comentario en “Sarmiento en los prostíbulos europeos.

  1. Es una mentira absurda lo del exilio , si alguien viaja para trabajar para un gobierno extranjero no se usa esa palabra , nunca fue un perseguido politico

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